martes, 29 de marzo de 2011

La Ley de Ohm

Nuestro admirado Ohm enunció su celebre ecuación de la resistencia eléctrica precediendo otras ecuaciones más complejas que nos llenaron de santo terror a los estudiantes de bachillerato. Decía el científico sobre la corriente circulante por un conductor eléctrico que es directamente proporcional a la tensión e inversamente proporcional a la resistencia, siempre y cuando su temperatura se mantuviera constante.

La ley, sin que Ohm fuese consciente de ello, explica de igual manera y por su condición de ley física, el funcionamiento de los medios públicos de propaganda sostenidos con el dinero de todos en cualquier administración local que se precie. Esta ecuación histórica nos muestra que la intensidad de una corriente, ya sea eléctrica o propagandística,  tenderá a ser mayor cuanto mayor sea la resistencia del conductor eléctrico a transportarla  o del público y audiencias a dar por buenas las ideas que circulan.

Nos ocupa el caso de ese modélico ejemplo  de revista  que es “Aranjuez: información y servicios” editado por el Ayuntamiento de Aranjuez. De ella, sus autores alaban su magnífico ejemplo de “trinchera informativa”. Siempre he entendido que las trincheras se construyen contra enemigos para defender algo o alguien o separar territorios. Y a no ser que se entienda que los vecinos sean objetivos hostiles, no me explico el por qué de esta metáfora militar que utiliza nuestro Alcalde.

Ingenierías castrenses al margen, “Aranjuez, información y servicios” obedece a la Ley de Ohm  en todo su enunciado. El físico precursor encontró que la temperatura aumentaba con la cantidad de intensidad hasta el punto de fundir el metal conductor, cosa que resolvió la técnica posterior disponiendo filamentos de plomo con bajo punto de fusión.

Este número especial del mes de marzo es el modelo más ejemplar de esta ley física. A lo largo de su historia, “Aranjuez, información y servicios” ha incrementado paulatinamente la intensidad de la propaganda para vencer la mayor resistencia ofrecida por los vecinos, hasta el punto de  sobrecalentar el medio.

Sin embargo, el sistema no tiene símil posible. No hay fusibles en este caso que puedan disipar el calor. En el caso del cuerpo social, esos votantes potenciales frente a quien la Administración Local erige trincheras, blocaos y fortines blindados, este se muestra descreído y desafecto, por utilizar términos queridos de los partidos mayoritarios y prepotentes.  Lejos de fundirse nada, solo aparece otro efecto inducido por la publicidad y propaganda mal calculada que edulcora la realidad hasta el punto de volverla irreconocible. Los expertos lo denominan “Efecto Boomerang”.

Es decir, que cualquier cosa que se diga ni se cree ni se valora ni se reputa como verdadero. La maldita opinión o propaganda se vuelve contra su enunciante de la misma  manera que el palito aborigen golpea al incompetente lanzador.

jueves, 17 de marzo de 2011

Rouco y la crisis

Nos advierte de nuevo Rouco Varela de la crisis social tan profunda que vivimos y que denota tan a las claras la incorporación a las leyes españolas de la regulación del aborto y de la eutanasia (¿?).

Nos esperan horas aciagas, dijo este brazo secular de la cruzada contra Internet. Tiene razón. Vivimos una gran crisis y nos esperan horas aciagas de persistir en esta eterna sinrazón como es la pugna eterna entre el estado y las confesiones religiosas que siempre perdemos los laicos.

La crisis es tan antigua que la reseñaba Emilio Castelar. Aquella invocación a la divinidad en su discurso sobre la libertad de cultos esconde un razonamiento templado y sereno. El análisis de una confesión acostumbrada a presentarse como víctima cuando se comporta como agresora. Ante las acusaciones de los diputados Castelar se obligaba a decir:

 “Yo no ataqué ninguna creencia, yo no ataqué el culto, yo no ataqué el dogma. Yo dije que la Iglesia católica, organizada como vosotros la organizáis, organizada como un poder del Estado, no puede menos de traernos grandes perturbaciones y grandes conflictos, porque la Iglesia católica con su ideal de autoridad, con su ideal de infalibilidad, con la ambición que tiene de extender estas ideas sobre todos los pueblos, no puede menos de ser en el organismo de los Estados libres causa de una continua perturbación en todas las conciencias, causa de una constante amenaza a todos los derechos”.
Y ¿qué más se podía decir?


martes, 8 de marzo de 2011

¡Tenemos teatro!

Aranjuez ya dispone del tercer Teatro Real de nuestra región. Me produce una alegría especial por si mismo y por el aquél de “reconocer la importancia de nuestra ciudad en el contexto regional”, ese run, run institucional empeñado en sobrevalorar la ínfima situación de nuestra ciudad comparándola con otras más desgraciadas. Estrategia discursiva original pero ya inventada por Samaniego con sus sabios pobres buscadores de hierbas para sustento propio.

Es una obra magnifica. Tiene sus peros en lo que respecta a su fea apariencia externa pero, aún así, sigue siendo una obra magnífica. El tiempo es otro de ellos. No un tiempo normal medido en sintonía con el meridiano 0 sino un tiempo geológico, mensurado en términos  de evolución de sociedades humanas.

Ha tardado en llegar más de  22 años desde su cesión al Patrimonio del Estado, tres presupuestos estatales de distintos ministerios con  partidas de restauración, un plan consensuado con la Comunidad de Madrid,  siendo presidente Joaquín Leguina Herráz- tal y como pudiera rezar una lápida conmemorativa, una amenaza de ruina de los inmuebles históricos de nuestra ciudad, incluida una compra ilícita y una demolición fuera de norma,  un incendio de su estructura, cinco concejales de cultura, otros tantos de urbanismo y tres alcaldes de dos formaciones políticas.

Así puestas las cosas parece más que obligado recriminar que ¡ya era hora! en vez de aplaudir con lealtad incondicional. La finalizacion del teatro no subraya la eficacia política y administrativa de las instituciones, no acentúa su rapidez, su persistencia, su convencimiento de lo que es justo. Más bien, apunta a su ineficacia, a la ineptitud, a la abulia y dejadez, o a la inoperancia de gobiernos estatales, regionales y locales.

Como, si no, podría explicarse que, además, en esa línea de tiempo que se extiende hasta 1989 se encuentre  además del proceso de la restauración del viejo edificio neoclásico, la refundación del Partido Popular sobre las ruinas de Coalición Democrática sin aminorar su fundamentalismo, de que el  PSOE perdiera por el camino la vocal obrera, que la FSM se transmutara en el Partido Socialista de Madrid y que, de paso, unos y otros nos ajustarán los machos con reconversiones navales, del carbón y del acero, además de reformas laborales, modificaciones de pensiones y alzas en tasas y precios públicos sin cuento.

Me gusta la noticia. De verdad. Es buena para nuestra ciudad. Pero es tanto el tiempo transcurrido que sería inútil preguntarse por su sentido, oportunidad y necesidad en los tiempos que corren. Tan inutil como preguntarse por sus protagonistas para sacarles reditos electorales. Ahora, ya que estamos todos contentos, ¿sería inoportuno preguntar sobre los planes que tenemos para que tenga contenido y su impacto en los Ayuntamiento del futuro próximo?

jueves, 3 de marzo de 2011

Fotografia, realidad y capitostes

Me gusta la obra de Joan Fontcuberta y gozo tanto de sus mistificaciones como de las implicaciones geniales de sus proyectos fotográficos. Es uno de los privilegios que confiere ser su contemporáneo y encontrarlo en las revistas fotográficas hace un buen porrón de años. Mejor que mejor. Lo he vivido en vivo y directo sin  necesidad de documentarlo con Goggle.

Cada uno de sus proyectos pone solfa aquello de la fotografía como reflejo de la realidad para proponer otra distinta: La de la reinvención de la realidad por la fotografía. Aunque Joan tiene esos derechos adquiridos, tuvo un  precursor en Iosif Stalin. Nadie mejor para hacer desaparecer a sus compañeros de la realidad, a medida que desaparecian de las instantáneas de actualidad en Iskra o Pravda a golpe de retoque fotográfico.  Iosif se murió y menos mal. A estas alturas, la historia rusa solo hubiera sido una única serie  de cientos, miles o millones de fotografías del Padrecito en mística soledad revolucionaria.


La foto que nos muestra el Ayuntamiento de Aranjuez es obra perfecta de Fontcuberta, aunque no está firmada por él, Nada lo revela pero es así. Vemos una comitiva, 16 personas encabezadas por los que parecen ser los capitostes de la cosa. En primer plano y con  sonrisas publicitarias. Son capitostes porque la imagen lo afirma. Está implícito en su aplomo, gesto de interés, su indumentaria, hasta el perfectísimo nudo de las corbatas grita que son capitostes. Además, hay un fotógrafo a la izquierda desentendido de esta escena de NODO y unos cuantos currelas a lo suyo.

Todo bien pero no es real. Solo es una construcciòn imaginaria para recrear la realidad perfectísima de eficiencia administrativa judicial, -se trata de la visita a unos juzgados de Aranjuez-, de felicidad sin par por el trabajo bien hecho. De confidencias entre los menos capitostes, -el señor de la corbata azul inclinado hacia la señora mayor-. Ahora bien, siguiendo la doctrina Fontcuberta no es la realidad. La realidad misma es que, por cada comitiva oficial de capitostes que visita un centro administrativo, solo se afanan de verdad 5 currelas. O bien, que ese centro tiene una tasa insufrible e inaguantable de capitostes per capita.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Mi vecino el fotógrafo

He situado este blog casi pared con pared con que el que trajina Mingo y sus fotografías. He tenido mucha suerte de que la  casualidad me trajera cerca de donde se construye cada día una Aranjuez sorprendente y mágico. Se cuanto puede haber de recreación premeditada en una instantánea. Lo que puede modificar nuestra percepción de la realidad una pequeña abertura de diafragma, un milisegundo de exposición o el mínimo, increible y azaroso ocultarse del Sol tras una nube. Mingo lo sabe mucho mejor, lo controla y juega con ello. Lo que darían muchas ciudades por estar representadas en sesudos consejos  mundiales por tipos así que aman sus lugares donde viven.
He tenido suerte. Mucha suerte. De verdad.